UN POCO DE HISTORIA PA' UBICARNOS
Durante mi infancia, adolescencia y adultez temprana, fuí criado en un hogar cristiano. Mis papás eran muy creyentes y también estaban congregados a una iglesia. Mi mamá, alma bendita y viviente en mi corazón (fallecida), se congregaba en una iglesia carismática y mi papá en una iglesia bautista. Las diferencias entre ellas, son bastante amplias, incluyendo los hábitos, costumbres y metodologías.
Yo tuve emocionalmente y espiritualmente el llamado "primer amor" en donde viví momentos memorables. Eso fué, a la edad de 15 años,que pude integrarme en las congregacionales juveniles que se hacían en la iglesia bautista a la que se congregaba mi papá. En un principio, a la edad de 14 años empecé a asistir después de que mi mamá falleciera de un cancer el 9 de septiembre de 2005. Allí me pareció un ambiente tranquilo y acogedor, ya que en general, las iglesias bautistas tienen la metodología de no hacer ruido con las alabanzas como lo hacen las iglesias carismáticas. Sin embargo, yo asistía era por costumbre y rutina familiar, más no entendía los mensajes que se comunicaban, escuchaba los versiculos por un oido y me salían por el otro. Entonces, realmente, mi vida cristiana por convicción empezó a los 15 años, en el año 2008.
Desde el año 2008 hasta el año 2015 duró mi vida cristiana por convicción y emociones de ir a la iglesia. Durante ese tiempo, no puedo negar que viví momentos sensacionales y memorables, donde conocí personas valiosas, con buenos corazones y muy entregados al servicio de Dios. Aprendí bases muy importantes para tener una vida basada en la Fe en Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo. Conocí aspectos fundamentales a la hora de ser un testimonio en vida y en palabra. En fin, son tantas cosas que le agradezco a la iglesia por haberme brindado para mi vida.
PORQUÉ ME SALÍ DE LA IGLESIA
En el año 2014, en el penúltimo retiro de jóvenes que yo fuí llamado Extreme Makeover (reconstrucción total) conocí a una mujer sencilla y noble que tiempo después se convertiría en mi novia, con la cual llevo actualmente 3 años y medio. Ella, es sin duda alguna una mujer hermosa en todo el sentido y me ha ayudado a superarme a mí mismo y a mejorar como hombre, me ha enseñado a amar de verdad y sin condiciones. Pero en todo el tiempo que llevamos juntos, decidimos salirnos de la iglesia comenzando el año 2017.
La salida fue a causa de los chismes y compincherías que se daban tanto en la sede donde mi novia se congregaba como en la mía. Los supuestos "hermanos" en la fe, comentaban cosas de mí acerca de que yo coqueteaba con mujeres en el retiro del 2015 y que lo mejor era que yo me separara de mi novia. Obviamente, no soy perfecto pero doy fe ante Dios de que yo no coqueteaba con mujeres, simplemente les hablaba como amigas, sin embargo, eso muchos lo malinterpretaron y lo que hicieron fue contarle a un pastor, luego a otro y así sucesivamente hasta que el último que se enteró de ese chisme fuí yo (risas). Y la que me contaba era mi novia porque a ella diariamente la atacaban en su iglesia local, la cuestionaban sobre nuestra relación y se metían más a fondo en nuestras cosas. Ella se fué aburriendo hasta que yo notaba que ella no quería ir más a las reuniones. En un principio, mi mente era inocente y al no saber esas cosas, se me hacía extraño que ella no fuera. Luego, cuando ella me contó todo eso, decidimos alejarnos. No fue fácil para mí hacerlo, pues tuve que dejar algunas amistades que me parecían buenas.
Ahora, yo no me fui solamente por la cuestión de mi relación. También me fui porque yo sentía que no crecía más, me sentía en una burbuja y la verdad, el ambiente se tornaba monótono. Realmente solo me gustaba ir por una cuestión que fue siempre mi debilidad: las mujeres. Yo iba, solamente para hacerme notar, saludar a las chicas y ya. De resto, iba a calentar banco. Entonces, realmente no había cambios en mi vida.
Últimamente, desde ese año hasta ahorita, he tenido cambios en todo el sentido de la palabra para bien. He querido aprender más cosas; he disfrutado mucho más mi relación en pareja sin prejuicios ni mandamientos de hombres como por ejemplo. que no se puede tener sexo antes del matriomonio porque es pecado. La verdad, yo opino y digo que no está mal tener relaciones antes del matriomonio, ya que eso permite conocerse que ambos conozcan sus cuerpos y sepan cómo tener relaciones efectivas y placenteras. Digamos, si dos personas no se tocan. no se conocen en intimidad y llega el matrimonio con la noche de bodas, imagínense por un momento cómo sería de frustrante esa "primera vez", en esa noche mágica que debería ser "perfecta". Muchas parejas a mi juicio quedarían frustradas y hasta se separarían tiempo después. Ahora, tener sexo antes el matrimonio ayuda a calmar la sed carnal que uno tiene cuando se es jóven porque la verdad, uno empieza a sentir que se quema en el interior y realmente un matrimonio es una desición de bastante responsabilidad, además cuesta mucha plata, la ceremonia, los anillos, la comida...a eso súmele el conseguir una casa, el tener un trabajo que los sostenga bien, etc. En cuanto a evitar embarazos no deseados, es muy fácil, usar condón de manera correcta es la solución para nosotros los hombres ya que a las mujeres les es más difícil cuidarse con métodos que a la larga, provocan efectos secundarios incómodos. De esta manera se disfruta de un sexo placentero y seguro.
Realmente, en las iglesias, lo que hacen es prohibirle a los jóvenes disfrutar de este grandioso placer inventado por Dios que es el sexo, causándoles más ansiedad y frustración y que luego les toque casarse no por necesidad ni deseo, sino por presión para "servir a Dios, ser limpios y agradar a los hombres". Lo que están haciendo es atarlos completamente y eso les genera luchas internas y más debilidad hacia las mujeres. Y a las mujeres sí que las soban aún más con eso. Eran totalmente legalistas en el sentido de que si se emparejaba con alguien que hasta ahora llegó a la iglesia ya era pecado. La verdad, para amar, no se necesita saber la biblia completa de memoria ni que ambos sean misioneros. Para amar se necesita corazón, carácter, pasión, deseo, comprensión, constancia, etc.
La verdad, esto que escribo es fuerte y puede ser destructivo para muchas iglesias, en especial para la que yo me congregué. Tal vez esto me haga ganar más enemigos. La verdad, me da igual, yo me expreso libremente y me encanta hacerlo.
Yo personalmente, aconsejo a las personas ir a una iglesia sin problema y escuchar con atención lo que se predica. Además, se debe poner cuidado a los ejemplos que cada una de las personas nos dan en todo el sentido. Pero, se debe tener mucho cuidado con los consejos que a uno le den y si ustedes sienten que les están prohibiendo cosas tan sagradas como tomarce una cerveza, tener sexo, comer tal cosa, pensar tal cosa, etc. ¡Váyanse de ahí!. Porque lo primero que le van a decir las iglesias es que no se vaya porque le va a ir mal y el diablo lo va a atacar, o que se va a enfriar porque el carbón cuando se saca de los demás se enfría. O sea, ¿cómo se les ocurre comparar a los seres humanos, que tenemos bastantes capacidades dadas por Dios para crecer, madurar, crear, etc.,con un simple pedazo de carbón?
Yo la verdad, con mi novia, hemos experimentado la salida total de la iglesia y nos sentimos más tranquilos de lo que estábamos antes. Hemos sentido un progreso enorme en nuestras vidas en todo el sentido y no nos arrepentimos de habernos salido. Antes, nos da miedo volver y que nos juzguen, cuestionen, amarren, laven el cerebro, y peor aún, que nos separen con ridiculeces. etc.
En la vida, es importante no alejarse de Dios, de Jesucristo, de la oración y hacer sobre todo el bien. Tener una conciencia tranquila y respetar a las iglesias. Entiendo que lo que estoy diciendo puede ser un irrespeto a ellas, y me disculpo. Pero eso no cambiará mi forma de pensar.
Por mi parte, no quiero volver a una iglesia hasta que Dios me muestre totalmente lo contrario.
Un saludo,
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